martes, 24 de septiembre de 2013

El chin

Si algo es común en mi paisíto es tener una empleada doméstica. Yo no me acostumbro, en realidad no siento que la necesito, pero también tuve alguna vez, una que me preparaba locrios de chuleta con más salsa de la necesaria. Si en algo son expertas, es en cocinar con sazones innecesarios y artificiales, llenos de ingredientes perjudiciales para mi y para todo el mundo.

Ayer fuí muy conciente de lo que puse en mi boca, nada peligroso, todo era natural o claramente etiquetado "Gluten Free". Por eso cuando vi mi barriga hinchada al final de la noche, sumado al dolor en la parte baja del abdomen, pense que debía ser otra cosa. Tal vez estaba todavía sensible por el accidente del jueves. O posiblemente había consumido demasiada leche de soya ultimamente...

Pero mientras dormía durante la madrugada, ahí estaba, mi mano izquierda (le llamo la chismosa), hinchada que casi explotaba. Hice un recuento rápido de todo lo que comí en el día y de repente algo saltó en mi cabeza: la ensalada hervida que comí en casa de mi papá. Aunque hoy era feriado y el enano durmió donde la abuela, a las 7am me levante de la cama y de inmediato tomé el telefono:
-Sion Pa, estabas durmiendo?
-No, estoy llegando a la casa de hacer ejercicio.
-Ah! Mira, Juana esta ahí? Ponmela please. Alo? Juana? Mira, la ensalada hervida de ayer, qué tenía?
-La ensalada? Ahhh! Tenía del sazón Magui, pero sólo un chin.

Por qué es tan díficil de entender para el resto del mundo, que para una persona alérgica o intolerante a cierta sustancia, una cantidad mínima o un "chin" puede desencadenar reacciones hasta mortales. No entiendo!

El famoso chin! Creo que si alguien me lo vuelve a mencionar explotare junto a mi mano (la chismosa).

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